Sí, muchas veces lo deseó, muchas veces mientras lo observaba cuando él contaba de sus historias de niño, de sus salidas y riñas, ella sólo pensaba en acercársele y sin pensar más, ni en lo que vendría, dejar de oir su voz al darle un beso, pero la cobardía era más grande. Tanto fue que resignó, nos acostumbramos a las cosas, lo sabemos, y así lograr asimilar mirarlo igual que a los demás, hasta que lo logró.
Si tan sólo hubiera estado al tanto de lo que pasaría después de dejar de oir su voz y dejarse llevar por sensaciones, de seguro no lo habría ni intentado.
Es esa lejanía la que más se siente, una lejanía que quizás antes era igual, pero ahora es más visible, ¿visible lejanía?
Intentar refujiarse en otros labios ojalá hubiera servido, sólo empeoró la situación, ya que empezó con la comparación.
Esta comparación la llevo a la determinación que no debía sentir lo que sentía, que seguirán siendo lo que son, ¿ seguirán ?, lejanía... vete de aquí !
Y es que otra amistad, o casi amistad perdida por situaciones que no lo ameritan ya no es poco relevante como hace un tiempo.
Qué cobarde, qué sensación.
Inocencia ¿ dónde te fuiste ?
Por favor, vuelve conmigo, vuelve con los que me rodean, instalate y quédate por un buen tiempo, yo te necesito.
2 comentarios:
Very good......
que cercano lo que jas dicho y que bonito pero bonito no sé si me entiendesw en el sentido de la inocencia de aquella mujer que tiene su `p`primer amor y bla bla pero eso de la lejania nadie puedo escribir mejor que eso que tu (L) /besos.*
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