Mi no control.


Es como si quisiera vivir todo en un momento, como si éste se escapara y yo nunca más lo pudiese repetir, y me olvido de todo, de todos, luego llego a casa, vienen unas consecuencias, lloro, río, bailo y leo.
Pienso: es más sencillo pedir perdón que pedir permiso.
Pero no quiero que se haga costumbre en mí esta idiotez.
No pensar, no control, no medir.
No hacer, no creer.

(Fueron días intensos y las noches el doble, gané un lindo bronceado en mis brazos, una espinilla, tú sabes, el licor, muchas fotos hermosas y unas pocas bastante poco cuerdas, un buen rato para analizarme y un libro que me acompañará cuatro noches.)

1 comentario:

valé. dijo...

y todo fuwe lo mejor, bañarse y vernos las carass como nos daban vueltas las olas k9 xd te amo :)